Las acciones son un elemento fundamental para las empresas, ya que son la principal fuente de financiamiento para poner en marcha el negocio social. Asimismo, simbolizan la voluntad de los socios para formar parte de la organización y realizar un fin común.
Estos títulos no siempre confieren los mismos derechos, ya que las empresas pueden crear varias series de acciones que contengan beneficios o limitantes distintas.
Por ello, a continuación, se mencionan algunas clases de acciones utilizadas en la práctica, atendiendo a los derechos que atribuyen:
- Acciones comunes: confieren a sus titulares iguales derechos y obligaciones.
- Acciones preferentes: permiten que el accionista reciba un dividendo preferente, antes de que se haga la distribución de utilidades de las acciones comunes y, si en algún ejercicio no hubiere ganancias o el dividendo preferente fuere menor al acordado, este se acumulará para que sea pagado en los ejercicios posteriores.
- Acciones de voto limitado: el derecho de voto incorporado a estos títulos únicamente puede ejercitarse en las asambleas extraordinarias que traten los siguientes asuntos:
- Duración de la sociedad.
- Disolución anticipada.
- Cambio de objeto o nacionalidad.
- Transformación.
- Fusión.
- Acciones privilegiadas: otorgan derechos económicos especiales a sus tenedores respecto del dividendo o la cuota de liquidación. A diferencia de las acciones preferentes, se puede establecer que el pago de los dividendos no sea prioritario sobre las demás acciones
Para conocer los requisitos legales que deben contener los títulos accionarios, así como las limitaciones que existen para su transmisión, se le invita a leer la nota “Radiografía de las acciones”, disponible aquí.